El diseño gráfico modernista en Gran Bretaña 1945-1980 arroja luz sobre los diseñadores de posguerra que dieron forma a la identidad visual de la nación mientras luchaban contra la austeridad y la agitación social. Un nuevo libro rinde homenaje a los pioneros perdidos del diseño gráfico británico.
Como toda profesión, los diseñadores necesitan conocer su propia historia. Y aquí hay un nuevo libro útil, por no decir fascinante, que puede ayudarlo con eso. Modernist Graphic Design in Britain 1945-1980 , escrito por el diseñador gráfico Ian McLaren y el académico Tony Pritchard, analiza cómo los diseñadores ayudaron a remodelar la sociedad durante un período de profunda transformación nacional.
Al hacerlo, los autores esperan ayudar a corregir un error histórico destacando a algunas personas notables que ayudaron a dar forma a la historia de nuestra nación.
Antecedentes históricos
Todos los diseñadores son producto de la época en la que viven y de sus experiencias, y la profesión de posguerra no fue una excepción. «Los implicados habían servido en la guerra o se habían visto afectados directamente por ella», explica Ian. «El período inmediatamente posterior a la guerra se ejemplificó con el deseo de construir algo mejor que lo que lo había precedido. El sorprendente resultado de las elecciones de 1945, ganado por el Partido Laborista con Clement Atlee, es un ejemplo de ello.
«La nueva amenaza de la aniquilación nuclear también influyó en ese período», añade, «algo que algunos diseñadores consideraron un problema que valía la pena denunciar en contra del uso de sus habilidades profesionales. El llamado de atención de Ken Garland, First Things First, reafirmó la preferencia de los diseñadores por utilizar sus habilidades con fines socialmente responsables».
En consecuencia, el libro explora cómo las tensiones políticas de la época influyeron en la producción creativa. Si bien la austeridad de la posguerra podría parecer que limitó la creatividad, Ian adopta una visión más matizada. «Sería ingenuo afirmar que así fue», dice. «El optimismo nació del entusiasmo por algo mejor y de que al buscarlo uno puede ayudar a las causas en las que creía».
El título de edición limitada, publicado por la Modernist Society, también destaca a varias figuras poco apreciadas, entre ellas diseñadores como Robin Fior y Desmond Jeffery. Según Ian, su relativa oscuridad se debe a sus prioridades: «Estaban más interesados en los problemas que en la autopromoción».
Cambios tecnológicos
La evolución tecnológica forma una parte crucial de la narración. «Al principio de este período, los diseñadores recibían formación para trabajar con tecnología, que había cambiado poco desde Gutenberg», explica Ian. «Esto dependía de las habilidades artesanales y del respeto por los complejos procesos mediante los que se producía el trabajo. Durante este período, los diseñadores tuvieron que adaptarse primero a la fotocomposición y la impresión litográfica, que, a su vez, fueron sustituidas por la introducción de los medios digitales».
«Casualmente, los medios visuales evolucionaron con la adopción más amplia de publicaciones en color y la introducción de la televisión en color», añade. «Mientras que al principio de este período, el trabajo de cada uno se recopilaba letra por letra mediante tipógrafos y fabricantes de bloques a distancia, que utilizaban diferentes sistemas de medición, hacia el final de este período, los productos más importantes, como las guías telefónicas, ya no se imprimían en papel, sino que se enviaban a terminales nacionales proporcionadas sin coste alguno por el servicio postal nacional».
Los autores se enfrentaron a retos a la hora de documentar este período vital. «Nuestra elección de material visual se vio limitada por lo que pudimos obtener», admite Ian. «Nos sorprendió que algunos ejemplos excelentes ya no estuvieran disponibles, ni siquiera en los archivos de algunas empresas respetadas». Sin embargo, lograron incluir obras importantes como los diseños de Ken Garland para Galt Toys y la Campaña de Pentagram contra el cobro de entradas a los museos.
Rol formativo
Ian considera que el libro forma parte de una misión más amplia para reconocer el carácter distintivo del modernismo británico. «El diseño gráfico modernista británico se ha beneficiado de la afluencia de emigrantes norteamericanos, algo que no ocurrió en la Europa continental», señala. «Esperamos que el libro contribuya a que se valoren mejor las circunstancias que influyeron en los diseñadores de la posguerra».
«El diseño gráfico británico ha desempeñado un papel incuestionable en la configuración de nuestra cultura visual», añade. «La explosión de los medios de comunicación populares durante la década de 1950 sería impensable sin el espíritu que impregnaban las escuelas de arte de la época, donde los departamentos de lo que hoy se denomina diseño gráfico desempeñaron un papel formativo».