La icónica galleta Oreo, pensada para ser torcida por la mitad y disfrutada con un delicioso baño de leche, suele llegar en paquetes con algunas desafortunadas pérdidas. Sin embargo, la marca las ve con medio vaso de leche lleno, recurriendo a una forma de arte japonesa centenaria llamada kintsugi (belleza en las galletas rotas).
Kintsugi, que se traduce como “carpintería dorada”, es la práctica de reparar piezas de cerámica rotas con laca espolvoreada o mezclada con metales preciosos, generalmente oro. Esta técnica celebra la historia del objeto, transformando sus grietas e imperfecciones en hermosas líneas doradas.
開封した時にオレオが割れていると悲しいということで、金継ぎの様にオレオを修復できるクリームを販売。 pic.twitter.com/Dv4tYAEU3H
— 萩原幸也 ®️ (@onipro) June 20, 2024
Oreo aplicó esta filosofía a sus galletas al lanzar un producto de edición limitada en México: tubos exprimibles rellenos con su clásica crema de vainilla. Estos permiten a los fanáticos convertirse en sus propios artistas del kintsugi, reparando sus galletas Oreo rotas y transformándolas en delicias únicas y maravillosamente imperfectas.
La campaña de Oreo
Desarrollada por las agencias de publicidad Leo Burnett Brasil y Leo Burnett México, es un ingenioso juego de palabras con una frustración universal. No sólo aborda el problema de las galletas rotas, sino que también resuena con una creciente apreciación cultural por la imperfección . La iniciativa resalta la filosofía wabi-sabi, una estética japonesa que abraza la belleza de la impermanencia y los defectos del mundo natural.
La campaña cobró vida a través de una serie de anuncios atractivos y visualmente cautivadores y contenido en las redes sociales. Cada pieza mostraba el proceso de reparación de galletas Oreo rotas con crema adicional, ilustrando cómo las roturas se convertían en hermosas líneas rellenas de crema. Este producto, especialmente diseñado para parecerse a una barra de pegamento tradicional, estaba relleno con crema Oreo adicional.
A través de este enfoque innovador, Oreo no solo abordó el problema práctico de las galletas rotas, sino que también creó una narrativa significativa que resonó en los consumidores, mejorando en última instancia la imagen de la marca y la lealtad del consumidor.
“Inspirándonos en el arte japonés, que data de siglos atrás, de reparar cerámica rota con oro, presentamos la ‘Kintsugi Oreo’. Ahora, si tu Oreo se rompe, es fácil y divertido arreglarla: solo tienes que usar nuestra famosa crema de vainilla para unir las piezas y hacer que la galleta más querida del mundo sea aún más deliciosa”. – Vinicius Stanzione, director comercial de Leo Burnett Tailor Made.
[vía Kottke , The Inspiration , TrendWatching , imágenes de varias fuentes]